Señorita Rand, (no) necesitamos una izquierda verdadera


En la nueva edición del Consultorio de la Señorita Rand tenemos la pregunta de Zurdo Dueñas (52 años), que parece estar preocupado por la falta de opciones políticas:

Estimada señorita Rand, estoy muy preocupado por la situación política de mi país y, en general, por la de América Latina. Yo, como todo buen ciudadano comprometido con los ideales de la libertad, soy un demócrata convencido, pero aunque me declaro como un liberal-libertario moderado, centrista y minarquista, veo con tristeza que no hay una verdadera izquierda en esta nación. Lo que tenemos es una izquierda populista y autoritaria, no una moderna, moderada y modernizadora como sí la hay en Uruguay (soy fan de Pepe Mujica) o en Chile (¿ya le dije que admiro a Lagos y respeto profundamente a Bachelet?). Todos sabemos que en la democracia necesitamos pluralidad y contrapesos, y la verdad es que yo no me fío de ninguna derecha paleoconservadora que se dice liberal para salvaguardar mis libertades sociales, como mis abortos o mis matrimonios gays.

Me parece que lo menos importante es de dónde venga el cambio. La izquierda moderna puede muy bien acompañarnos en el camino hacia las reformas, como ya lo han hecho en los países recién mencionados. Yo la verdad es que ya estoy harto de tanto antizquierdismo. 
Besos y abrazos, señorita.

Querido Zurdo, he leído con atención tu carta y me parece que, en efecto, eres un gran y ejemplare liberal, así con itálicas. Lo cual está bien, supongo, si es que esos son tus intereses y estás dispuesto a sincerarte, escribiendo bien la palabra u optando por su equivalente en castellano. Está claro que eres un liberal comprometido con los (según tú) nobles valores de la igualdad y eso te hace sentirte bien, como un ciudadano del mundo que desafía los estándares y que incomoda a los malos reaccionarios. Eres una amenaza al establishment y al pensamiento único, sí que sí, incluso si tú eres ese pensamiento único. Pero no te asustes, en realidad hay muchos como tú y eso es lo que se espera del buen ciudadano; que su ideología pueda moldearse bien a las necesidades que, en teoría, tiene el mundo moderno. En fin, que eres muy mainstream. Pero eso no está mal, porque te garantiza el aplauso de los bobos, que son mayoría como bien sabemos. A fin de cuentas los que de verdad desafían a La Catedral del pensamiento unitario están por otro lado.

Creo que,  como muchos otros —desde «liberales» hasta socialdemócratas—, te has contagiado de la fiebre pluralista, tan propia de estos tiempos extraños en los que me ha tocado regresar como consultora de dudas online. Sucede que hay cosas que son menos malas que otras, pero que siguen siendo una enfermedad. Nadie quiere estar enfermo, a menos que tenga un caso de gusto patológico por lo que está mal. No podrías decir, objetivamente hablando, que un resfriado es algo más o menos bueno. Claro, lo puedes comparar con una pulmonía y entonces sentirte aliviado de que no tienes algo peor. Pero lo que nos interesa es que, en el fondo, no estamos bien; hay algo que estorba y que sería mejor no tener.

Es fácil cuando lo ponemos en términos clínicos, pero al momento de traducir el símil, que ya debería ser bastante obvio, corremos el riesgo de que algún buenagente nos acuse de ser malvados antidemócratas. Lo que te digo, querido Zurdo, es que tanto eclecticismo es peligroso y que solo lleva a un lado, y ese destino, me temo, no es el de la libertad ni el de la responsabilidad. En los moderados izquierdistas quedará siempre la tentación igualitaria, que es la que tú tienes porque eres un liberal, no un liberal. A lo que voy, para decirlo con lenguaje de pueblo: la izquierda no hace falta, sea estalinista o moderna. 

Te voy a decir algo más, un secreto de esas personas que admiras. ¿Sabes por qué a veces los modernos izquierdistas aplican algunas medidas capitalistas? Fácil: ellos saben y se dan cuenta de que funcionan. Ya con la legitimidad que les da ese híbrido (que obviamente sería mejor tenerlo en estado puro), tienen el terreno libre para avanzar en su agenda igualitaria.

Aquí en mi consultorio también somos de mente abierta y llamamos a que todo el mundo asuma sus tendencias, su realidad  y que no aparente lo que no es. Tal vez necesitas que te lo diga alguien más, aunque pueda ser incómodo. Mientras los tibios avalan esa fachada que, en el fondo, sabes que es un eufemismo que suena bien para no decir las cosas como son, aquí tenemos la obligación moral de enfrentarte a tu realidad. Y tú, mi estimado Zurdo, aplaudes a Mujica por estatizar la marihuana, no por liberalizar el mercado. Tú respetas a una Bachelet que, no siendo todo lo allendista que ella quisiera, sí empieza a aplicar medidas para retroceder en los avances liberales de su país, solo porque sus acciones se acomodan a tus prioridades igualitarias y de vanguardia. Tú eres un liberal con cursivas, que en inglés quiere decir progresista.

Publicar un comentario

2 Comentarios

  1. Estimada señorita (?) Rand, antes vendían una Ayn Rand Inflable. Yo, naturalmente, la compré. Y no voy a contarle de los muchos éxtasis que tuve con ella. Pero en una de tantas se me reventó, hizo zig zags, y salió disparada por la ventana, y quedó colgada en el alambrado público, un lugar inaccesible para mí. Mi pregunta es: ¿dónde puedo comprarme otra? He buscado en internet, y ya no parece disponible. Sólo encontré esto, y no me parece muy satisfactoria:

    http://mlkshk.com/p/KP2U

    ResponderBorrar
  2. Quizá al Zurdo le encantaría una Bachelet Inflable...

    ResponderBorrar